Desde la Central de Trabajadores de la Argentina Seccional Río Grande celebramos la media sanción dada por la Cámara de Diputados al Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Con la misma autonomía con que criticáramos la extensión de las licencias para la televisión abierta, o la autorización de la fusión de Cablevisión y de Multicanal favoreciendo al grupo Clarín, por parte del ex presidente Néstor Kirchner, rescatamos hoy la decisión de la presidenta Cristina Fernández de presentar este proyecto, que ha sido durante décadas demandado por las organizaciones sociales. A treinta y tres años del golpe de estado, es el mejor homenaje que podemos rendir a los más de cien periodistas desaparecidos durante la dictadura.
A partir de la elaboración de “Los 21 Puntos para una Radiodifusión Democrática” por parte de la Coalición que conformamos alrededor de trescientas organizaciones de la sociedad civil, organismos de derechos humanos, trabajadores de la comunicación, federaciones y centrales sindicales (FATPREN-CGT y FETRACCOM-CTA), universidades nacionales, organizaciones sociales, movimiento cooperativo, pymes de la comunicación, nos enorgullece haber sido partícipes necesarios de la elaboración del Proyecto de Ley, surgido desde las organizaciones libres del pueblo, proceso reconocido en el mundo como modelo para la elaboración de normas.
Ratificamos que no hay posibilidad de afianzamiento de la democracia política sin democratización de la comunicación, por lo cual estamos seguros de que AHORA ES EL MOMENTO de asumir como pueblo la necesidad y la urgencia de una nueva Ley, que reemplace a la Ley de la dictadura genocida, para terminar con la concentración y la transnacionalización de los Medios.
Como dijo nuestro Secretario de Comunicación y Difusión, Cro. Juan Carlos GIULIANI, “sin democratizar la comunicación no hay distribución de la riqueza”.
Tras haber transitado autónomamente nuestro largo y ancho país con miles de encuentros, foros, debates, seminarios, mesas redondas que alimentaron la propuesta, solicitamos que el debate en el Congreso no se dilate ni se postergue.
Reivindicamos una vez más el proceso de construcción popular y participativa del texto de la Ley, reconocido por el Relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Frank La Rue, como inédito en el mundo para la elaboración de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El debate democrático con que se generó esta propuesta coincide con el propósito final de la Ley: darle más democracia a la democracia y elevar la calidad institucional de la sociedad. En estos días, pues, instamos a los Senadores a darle un rápido tratamiento al proyecto, ratificando el estado de movilización y vigilia permanente hasta que se apruebe, porque entendemos que sería inconcebible conmemorar el Bicentenario sin una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que profundice la democracia respetando la diversidad, la multiculturalidad, la plurinacionalidad, para que se conozca toda la realidad y se escuchen todas las voces, para que empiece a cesar la hegemonía cultural y desaparezcan los monopolios comunicacionales, como requisitos para echar los cimientos del nuevo país que necesitamos, merecemos y queremos construir, donde la información esté al servicio del pueblo y de su liberación, de la transformación de la realidad en beneficio de las mayorías populares, en vez de ser una mercancía, apropiada sólo al sostenimiento de un orden social confortable a los intereses de los sectores más concentrados de la economía capitalista.
Repudiamos la actitud de los sectores de la oposición que le sacaron el cuerpo al debate, huyendo como ratas para no hacerse cargo de confesar los intereses a que son funcionales, pretendiendo excusarse en que 26 años de demora en el dictado de la ley no fue suficiente tiempo para analizar y debatir las diferentes propuestas.
Con la misma autonomía con que criticáramos la extensión de las licencias para la televisión abierta, o la autorización de la fusión de Cablevisión y de Multicanal favoreciendo al grupo Clarín, por parte del ex presidente Néstor Kirchner, rescatamos hoy la decisión de la presidenta Cristina Fernández de presentar este proyecto, que ha sido durante décadas demandado por las organizaciones sociales. A treinta y tres años del golpe de estado, es el mejor homenaje que podemos rendir a los más de cien periodistas desaparecidos durante la dictadura.
A partir de la elaboración de “Los 21 Puntos para una Radiodifusión Democrática” por parte de la Coalición que conformamos alrededor de trescientas organizaciones de la sociedad civil, organismos de derechos humanos, trabajadores de la comunicación, federaciones y centrales sindicales (FATPREN-CGT y FETRACCOM-CTA), universidades nacionales, organizaciones sociales, movimiento cooperativo, pymes de la comunicación, nos enorgullece haber sido partícipes necesarios de la elaboración del Proyecto de Ley, surgido desde las organizaciones libres del pueblo, proceso reconocido en el mundo como modelo para la elaboración de normas.
Ratificamos que no hay posibilidad de afianzamiento de la democracia política sin democratización de la comunicación, por lo cual estamos seguros de que AHORA ES EL MOMENTO de asumir como pueblo la necesidad y la urgencia de una nueva Ley, que reemplace a la Ley de la dictadura genocida, para terminar con la concentración y la transnacionalización de los Medios.
Como dijo nuestro Secretario de Comunicación y Difusión, Cro. Juan Carlos GIULIANI, “sin democratizar la comunicación no hay distribución de la riqueza”.
Tras haber transitado autónomamente nuestro largo y ancho país con miles de encuentros, foros, debates, seminarios, mesas redondas que alimentaron la propuesta, solicitamos que el debate en el Congreso no se dilate ni se postergue.
Reivindicamos una vez más el proceso de construcción popular y participativa del texto de la Ley, reconocido por el Relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Frank La Rue, como inédito en el mundo para la elaboración de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El debate democrático con que se generó esta propuesta coincide con el propósito final de la Ley: darle más democracia a la democracia y elevar la calidad institucional de la sociedad. En estos días, pues, instamos a los Senadores a darle un rápido tratamiento al proyecto, ratificando el estado de movilización y vigilia permanente hasta que se apruebe, porque entendemos que sería inconcebible conmemorar el Bicentenario sin una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que profundice la democracia respetando la diversidad, la multiculturalidad, la plurinacionalidad, para que se conozca toda la realidad y se escuchen todas las voces, para que empiece a cesar la hegemonía cultural y desaparezcan los monopolios comunicacionales, como requisitos para echar los cimientos del nuevo país que necesitamos, merecemos y queremos construir, donde la información esté al servicio del pueblo y de su liberación, de la transformación de la realidad en beneficio de las mayorías populares, en vez de ser una mercancía, apropiada sólo al sostenimiento de un orden social confortable a los intereses de los sectores más concentrados de la economía capitalista.
Repudiamos la actitud de los sectores de la oposición que le sacaron el cuerpo al debate, huyendo como ratas para no hacerse cargo de confesar los intereses a que son funcionales, pretendiendo excusarse en que 26 años de demora en el dictado de la ley no fue suficiente tiempo para analizar y debatir las diferentes propuestas.
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