“Nosotros tenemos que dar un combate contra nosotros mismos en cuanto a las verdades absolutas, para construir las verdades colectivas. Porque eso es poder construir unidad”, decía Julio Fuentes, al final de la lectura de las cuatro comisiones que debatieron estos tres días en Neuquén.
Antes habían pasado los pueblos originarios y las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y los coordinadores de las comisiones que fueron los responsables de presentar ante el repleto estadio Ruca Che durante casi una hora y media, el programa para el próximo año. Fuentes había dicho que, “estamos siendo convocados a esforzarnos. Porque el objetivo que nos estamos autoimponiendo requiere de esfuerzo. Hay que contagiar a miles y a millones”.
El Ruca Che ha sido por años un símbolo del poder del sobichismo en la provincia del Neuquén. Esta vez, y como corolario de un encuentro en el que las organizaciones sociales, culturales, sindicales, políticas (había 21 partidos políticos presentes), religiosas, comunicacionales y de pueblos originarios, debatieron, construyeron y se comprometieron a abrir el camino y a construir una alternativa de poder que sea gobierno en
Víctor De Gennaro junto a Eduardo Balán fueron los responsables de presentar a todos y cada uno de los coordinadores. No faltaron los homenajes a Leopoldo González, Eduardo Fernández Novoa y Roberto Mandri, el abrazo fraterno a Pablo Micheli y el reclamo de justicia para Carlos Fuentealba, asesinado por la policía el 4 de abril de 2007. Su compañera, Sandra Rodríguez, fue de las primeras en tomar la palabra y decir que, “los trabajadores nos organizamos día a día. Por eso saludo abiertamente a
No faltaban los bombos, los cantos de la juventud a los que De Gennaro arengaba diciendo que, “tenemos un compromiso de vida, que son nuestros pibes y nuestros viejos. Esto es imparable” anunciaba, eufórico, “lo sentí anoche cuando veíamos a los pibes mapuches, lo vi en millones que caminan, en
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